lunes, 15 de mayo de 2017

LOS "HIJOS DE LA LUZ"


En el estudiantado gnóstico mundial existe un tema odiado, escondido, oculto de todos los debates, de todas las  charlas: los hijos.
La descendencia, que en un una persona normal es un motivo de orgullo, de alegría, de placer, en un estudiante gnóstico  es vivido con culpa, con recelos, muchas veces con dolor.
¿Que diferencia a un estudiante gnóstico de una persona que no participa de gnosis? su vida sexual.
El Sexo es la piedra angular de la Gnosis de Samael. El Sexo es la piedra angular y la piedra de tropiezo en el trabajo esotérico gnóstico. 
La Magia Sexual debe ser la puerta que nos permita acceder a los Mundos Superiores y al Despertar de la Consciencia, pero también puede ser la puerta que nos sumerja en nuestros Infiernos internos.
El mandato que para un hombre o una mujer es natural, crecer y multiplicarse, para un estudiante gnóstico no lo es.
El motivo de tanta diferencia es muy simple: para concebir un hijo, cualquier pareja realiza el acto sexual eyaculando,  
En la Gnosis, la pareja debe realizar el acto sexual SIN EYACULACIÓN.
Y aquí está la causa de todos los conflictos, 
¿Cómo tener hijos sin eyacular?
En el sexo no existen medias tintas: o eyaculas o no eyaculas. Sea poco o mucho, si derramas el semen estás eyaculando.
Y si eyaculas no practicas Magia Sexual. No realizas Sexo Tántrico. 
Y aquí es el momento en el que definimos nuestras acciones como estudiante gnóstico o como persona común, con una vida sexual común y corriente.
¿Que pretendemos hacer de nuestra vida? ¿Cómo realizaremos nuestros proyectos personales? ¿Cómo construimos nuestra vida material futura?
¿Tenemos hijos primero, y luego nos dedicamos a practicar gnosis?
¿No tendremos descendencia en esta vida?
¿Quienes nos auxiliarán en nuestra vejez, si no tenemos hijos?
¿Quién cuidará de nosotros en caso de enfermedad?
Tener o no tener hijos, he ahí el dilema del estudiante gnóstico.
Quienes llegan a la Gnosis con una familia formada, no tiene  problemas. Para ellos, ya todo estaba  hecho sin conflictos, sin angustias.
Pero para los jóvenes, o adultos jóvenes que llegan a la gnosis sin haber formado una familia el conflicto es inevitable.
¿Cuál es el espejo en el que los estudiantes, Misioneros, Instructores gnósticos tratan de reflejarse en los momentos de dudas? En los Maestros.
Pero resulta que nuestros Maestros Gnósticos tienen hijos. Y no uno, sino que muchos hijos.
Nuestro Lider Fundador, Samael Aun Weor tuvo seis (6).  
Don Teófilo Bustos tuvo tres (3).
Don Julio Medina, Don Joaquín Amorteguí, Don Olmedo Palomino, Doña Arnolda Garro, todos los referentes gnósticos tienen o tuvieron hijos.
¿Y entonces?
¿Donde queda la Magia Sexual?
¿Sirve como excusa que los Maestros tuvieron o tengan hijos para justificar nuestras decisiones sexuales?
Los Maestros recurren al Karma para explicar su descendencia.
¿Vale también para nosotros? ¿cuántas parejas de estudiantes gnósticos que tienen hijos lo hicieron a voluntad, conscientemente?.
¿Es normal que en un acto sexual UNO Y SOLO UN ESPERMA SE ESCAPE DEL VARÓN Y FECUNDE AL ÓVULO CONCIBIENDO UN NUEVO SER?
NO, NO ES NORMAL.
Para que un solo esperma del varón se escape en el acto sexual y fecunde a una mujer es necesaria no sólo una voluntad de hierro, también es necesaria una asistencia superior, una ayuda Divina, una cooperación Celestial.
Esa Concepción inmaculada, sin eyaculación, es una auténtica Concepción Divina, que traerá al mundo físico a un Ser Superior, a un Ser de Luz, a un auténtico HIJO DE LA LUZ.
Pero, esta inmaculada Concepción no es lo normal en la vida sexual del estudiantado gnóstico. Lo normal es el "escape", el "derrame involuntario", la "caída sexual". En otras palabras, eyaculación.
Y fruto de estas "caídas" traemos al mundo a niños o niñas que, en nuestro deseo de superar el enorme conflicto interior, la CULPA que nos martiriza, tratamos de compensar esa desilusión haciéndonos a la idea que son fruto de inmaculadas concepciones. 
Y llamamos a nuestros hijos con nombres que representen a los Seres Superiores que se supone hemos concebido. Y los Estudiantes Gnósticos llamamos a nuestros hijos Isis, Osiris, Horus, Salomón, Imperator, Hypatia (como los hijos de Samael), o Adonai, Anubis, Sardis, Atenea, Stella Maris, Maia, Uriel, Michael, y un largo etc., etc., etc.. 
Y, lamentablemente, el tiempo, y las acciones de nuestros hijos, nos hacen ver que no son Hijos de la Luz, más bien todo lo contrario. Y muchas veces los nombres Celestiales que usamos en la infancia para llamar a nuestros hijos se transforman en los más terrenales Carlos, Juan, María, Susana, etc..

Y siempre justificamos nuestras "caídas" con la vida de nuestros Maestros. ¿Si ellos tuvieron hijos, porqué yo no voy a tenerlos?

    "Angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce hacia la Luz, y muy pocos son los que la cruzan..."


Alejandro Zalazar